¿Cuál es el talento de Tom Ripley? ¿Es el instinto de supervivencia? ¿La frialdad moral? ¿Su habilidad para lograr dinero y ascender socialmente? ¿O quizá esa capacidad de sortear los escrúpulos y las contradicciones? Esta novela, intrincada y perversa, ambientada en una Italia de encantadora decadencia, supone la puesta en escena de Mr. Ripley, el joven que, tentado por la posibilidad de ser otra persona y de vivir otra vida, no vacilará en falsificar firmas, suplantar personalidades y cometer crímenes. Narrada desde su excéntrico punto de vista, la historia nos sitúa en su lugar, el lugar del malvado, nos obliga a pasear por sus recovecos y sus frustraciones, y nos desarma con su irresistible seducción. No hay misterio que resolver aquí, salvo el del alma insondable de un personaje ya mítico: su ambigüedad, su soledad última, la homosexualidad latente, el deseo de dejar atrás el miserable pasado.
Nació en Fort Worth, Texas, en 1921, pero se mudó a Nueva York cuando tenía seis años. A la edad de dieciséis años se convirtió en escritora. Se caracterizaba por ser una persona solitaria. Se mudó a Europa en 1963 y pasó sus últimos años en una casa aislada cerca de Locarno, en la frontera entre Suiza e Italia. A su muerte, dejó tres millones de dólares de su patrimonio a Yaddo, la comunidad de artistas en el norte de Nueva York. Su primera novela Strangers on a Train, fue convertida en una famosa película de Alfred Hitchcock en 1951. Su última novela Small g: A Summer Idyll se publicó póstumamente poco más de un mes después.