Aunque se trata, sin duda alguna, de una de las obras más famosas de Twain, no es la única en la que vemos a Tom como protagonista. Podremos leer más sobre él en: Las aventuras de Huckleberry Finn, Tom Sawyer en el extranjero o Tom Sawyer, detective. No es sorprendente que se haya convertido en un clásico de la literatura. Las ocurrencias del protagonista y su perspicacia logran arrancarte más de una sonrisa y alguna que otra carcajada independientemente del tiempo que haya pasado desde su publicación o de la edad que tenga el lector.
Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, ha pasado a la historia de la literatura gracias al ingenio, humor y picardía que destila su obra. A menudo considerado el Dickens estadounidense, Twain fue periodista, tipógrafo, escritor y, sobre todo, un aventurero incansable. Su sed de aventuras lo llevó en un largo periplo lleno de experiencias: fue aprendiz de piloto, buscó fortuna en las minas de plata, recorrió el mundo dando conferencias y fue nombrado doctor honoris causa por la universidad de Oxford. Todo ello lo inspiró para empezar a escribir pequeños cuadernos de viaje que publicaba en la prensa. Se calcula que llegó a escribir más de 500 obras, entre las que destacan _Las aventuras de Huckelberry Finn_ y _Las aventuras de Tom Sawyer_: dos novelas en las que Twain evoca una infancia inocente y feliz, en la que brillan la ilusión y la rebeldía que preceden a la edad adulta. Mark Twain nació durante una de las apariciones del cometa Halley, y predijo que “se marcharía con él”. Efectivamente, el autor nos dejó el 21 de abril de 1910, a la estela de una nueva visita del cometa.