«Puedo percibir el mundo invisible porque, espiritualmente, soy muy sensible. Voces me susurran al oído y a veces me invaden fuertes presentimientos inexplicables. Lamentablemente, la mayor parte de las cosas que percibo son malas… Diría yo que en las personas veo su oscuridad». En algún punto del mundo, Alek es otro hombre exitoso y amargado con una vida carente de amor y calidez. Carga consigo una habilidad innata que le permite contemplar a través de la mirada el lado oscuro de las personas. Atormentado por la magnitud de los pesares de la humanidad, un día decide tomar un tren a un destino incierto. Es allí donde se encuentra con un desconcertante desconocido que, inexplicablemente, parece saber todo acerca de él. Juntos se adentran en un viaje lleno de enseñanzas, manteniendo profundas conversaciones sobre el universo, el perdón, lo que hay después de la muerte y el propósito de las adversidades del mundo. El desconocido lo invita a encauzar su don para el bien y enfrentarse a su rencor e inseguridad, encarando a todas aquellas personas de su pasado para superar sus tormentos. En Sin miedo a la oscuridad, la vida de los personajes refleja pesares y alegrías con los que muchos podrían identificarse, ahondando de forma sincera y realista en los conflictos cotidianos, debatiendo preguntas que todos nos hacemos alguna vez. Esta es una lectura de superación; profunda, entretenida y flexible para leer, una novela que ofrece una dosis diaria de intensas emociones e interesantes reflexiones.
