Azul debe su importancia a la conjugación de detalles estilísticos multiculturales, en especial elementos propios del arte francés, destacando la amplia gama de su vocabulario y la gran capacidad para proyectar imágenes a través de las expresiones cargadas siempre de musicalidad, sin perder por eso ni un ápice de originalidad, pues Rubén Darío habría de ser siempre creador, y no imitador.