El estudio del derecho romano provee herramientas de gran utilidad práctica para ejercer la labor de jurista en la actualidad. El estudioso de esta disciplina tiene un enorme sentido crítico frente al Estado y al contenido normativo de la ley, porque puede entender, desde un punto de vista objetivo, la razón detrás de la norma, la factibilidad de modificarla para su mejor o más conveniente adaptación para la resolución de conflictos, y la interrelación que puede existir entre el contenido y la aplicación de la norma, y los caprichos del juego político. También cuenta con grandes aptitudes de interpretación aquel que ha logrado apreciar la forma en que coexisten en el derecho romano varios ordenamientos jurídicos a la vez, entrelazando distintos niveles culturales y pragmáticos, y la forma en la que una norma que en cierta época tuvo una finalidad, fuerza y sustento puede con el mismo contenido emplearse como mecanismo útil en una época muy posterior, con finalidades, espíritu y fundamento totalmente distintos. El romanista también posee, en fin, grandes habilidades argumentativas, pues es la posibilidad de dar peso y valor a los principios, a las ideas, a las posturas la que caracteriza la esencia del funcionamiento de la jurisprudencia romana, que sin duda es una de las principales fuentes de ese derecho. En este curso, el lector encontrará una rica y ágil exposición sobre el panorama del derecho público romano. Aldo Petrucci nos hace navegar por los más recónditos pasajes de su historia, con apego a fuentes jurídicas y literarias muy cercanas a la experiencia del pueblo romano, de manera que podemos sentir en carne propia sus victorias y sus angustias, sus pasiones y sus tragedias, su cotidianeidad, pero también su trascendencia. No son estatuas de mármol colocadas en vitrinas las que nos narran la vida pública romana, sino testimonios vivos de gobernantes, historiadores, filósofos, políticos, teólogos y muchos otros.
