Encuentros con ambientalistas y con una enigmática eco-terrorista en la Cumbre del Medio Ambiente en Copenhague; con top models, artistas, historiadores y coleccionistas en Venecia; con fotógrafos, pintores y urbanistas en Barcelona; con un financiero coleccionista de mariposas en Bruselas; y con una sicóloga de la naturaleza en la Ciudad de México, esbozan el perfil de un jardinero que no sólo hace arquitecturas y jardines sino que, debido a su intimidad con las plantas y animales que los habitan, le revelan el camino hacia a su propio jardín interior, hacia su Edén. Le muestran que la felicidad no resulta, como pudiéramos suponer, de poseer mucho, sino de darnos el tiempo para gozar lo que la naturaleza y la colaboración humana ponen a nuestra disposición, nada sencillo en un mundo caracterizado por el materialismo deshumanizado, el hedonismo egoísta, y la velocidad de la vida. Joseph Althase.
