Desde el albor de lo que podemos llamar la conciencia de la humanidad, ésta ha estado más que inquietada por el origen y el porqué de su creación. La vida en la tierra es el fruto de una arcana y arcaica conspiración a escala cósmica, en la que el destino del hombre ha estado en juego como en una apocalíptica ruleta rusa.
Segunda guerra mundial: La Wehrmacht de Hitler dará con un hallazgo arqueológico cuyo estudio acabará resquebrajando todos los arquetipos establecidos durante milenios de historia. El Führer, sumergido en logias oscurantistas como la Orden de Thule, identificará el nuevo descubrimiento con los símbolos y mitos que dieron origen a la doctrina nacional-socialista, con la megalómana intención de la creación de su sueño: el súper hombre ario. Himmler, por su parte, maquinará oscuros planes, cuyo objetivo será la total aniquilación del enemigo. Sin embargo, la entrada en escena de otros actores creará la posibilidad de truncar ambos proyectos.
Derrotado el Eje, que no desaparecido un peligro realmente latente, y ya en épocas posteriores, ciertos poderes que observan tras el velo de lo intangible tomarán cartas en el asunto con inescrutables designios para llegar a una encrucijada donde solo habrá dos caminos: la destrucción total de la humanidad o un nuevo amanecer en una era de paz y evolución. ¿Qué final sea el que se materialice? Quizá dependa del batir de alas de una mariposa al otro lado del mundo.
