La dura sensualidad y el profundo intimismo de Alejandra Pizarnik confluyen en esta selección de su obra poética, a cargo de Ana Becciu. La autora, figura de culto de las letras hispanas y una de las escritoras más representativas de la segunda mitad del siglo XX, muestra en sus versos las entrañas de alguien torturado, que ama de un modo animal, que devora y que coquetea con dejarse ir para siempre. Su poesía escenifica batallas brutales, luchas feroces en las que quema todo cuanto la rodea con la esperanza indisimulada de dejar que el fuego la consuma a ella también. A los treinta y seis años se rindió definitivamente. Sus versos arderán siempre.
Flora Alejandra Pizarnik (1936-1972) fue una poetiza, ensayista y traductora argentina. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires y tuvo formación artística de la mano del pintor surrealista Juan Batlle Planas. Además, estudió historia de las religiones y literatura francesa en La Sorbona. En su tiempo en Paris, entre 1960 y 1964, trabajó para la revista Cuadernos y algunas editoriales francesas y entabla una importante amistad con Julio Cortazar y Octavio Paz. En 1969 recibió una beca Guggenheim, y en 1971 una Fullbright. Se quita la vida en 1972 con una sobredosis de seconal. Pizarnik es considerada como la última poeta maldita.