Australia es el sexto país más grande del mundo y la isla más extensa. Isla, país, continente. Seco, árido, yermo y climáticamente agresivo. Un país donde el gusano más peludo mata con su venenoso pinchazo, donde las conchas marinas no sólo pican sino que se persiguen, donde un tiburón puede zamparte o unas irresistibles aguas arrastrarte mar adentro. Ignorando estas amenazas, Bill Bryson viajó a Australia y se enamoró del país. ¿Quién podría culparlo? La gente es alegre, ingeniosa y atenta; sus ciudades son seguras, limpias, casi siempre se sitúan cerca del agua; la cerveza está fría y el sol brilla con frecuencia. La vida no puede ser mucho mejor que esto.
Bill Bryson nació en Des Moines, Iowa, en 1951. Inició la carrera de Periodismo en Estados Unidos, pero la interrumpió para viajar por Europa. En 1977 se instaló en North Yorkshire, Inglaterra, donde residió dos décadas y trabajó como periodista. Aunque también se ha dedicado a la enseñanza (fue rector de la Universidad de Durham), actualmente se dedica sobre todo a escribir. Es autor, entre otros libros superventas, de Shakespeare, Una breve historia de casi todo, En casa: una breve historia de la vida privada, Aventuras y desventuras del Chico Centella, Un paseo por el bosque i 1927: Un verano que cambió el mundo y En las antípodas.