Este copioso, denso y variadísimo libro inauguró un nuevo género literario: el ensayo. En sus páginas, la sabiduría de Montaigne es sobre todo inteligente discreción. Su perspicacia llega a nosotros por un camino estremecido, como vacilante. La mezcla de esa aparente incertidumbre y del rigor con que Montaigne plantea adivinaciones importantísimas, hace que lo natural del tejido literario nos atrape con esa fuerza con que sólo cautivan en la literatura y en la vida las experiencias que nos elevan. El autor nos convence, paso a paso, de que lo que normalmente suele llamarse «complicado» no es sino la consecuencia del desconocimiento personal. Las formas y el tono confesional con que están escritos los ensayos sirven para combatir lo complicado, y demostrar que la riqueza del hombre, en la medida en que esta exista, no permite nunca la presunción, sino cierta y muy definida seguridad: el hombre es rico por diverso, por posible.
Michel Eyquem de Montaigne (Saint-Michel-de-Montaigne, 1533 – 1592), filósofo, humanista y moralista, fue uno de los pensadores más importantes del Renacimiento francés. Estudió Leyes y ejerció de magistrado en Burdeos antes de retirarse a su castillo y dedicarse a la lectura y a la contemplación. A los treinta y ocho años empezó a escribir Los ensayos, obra maestra con la que popularizó el ensayo como forma literaria. Ha sido calificado como el más clásico de los modernos y el más moderno de los clásicos.