En busca de una cerradura para una llave que encontró botada, Antolina inicia un recorrido por veredas, campos, montañas y bosques. Finalmente, encuentra una casa con una puerta verde, introduce la llave y clic: ¡la puerta se abre! Allí se encuentra con sus nietos jugando con un fantasma. Antolina les entrega la llave a los niños y ellos emprenden el camino de vuelta.