Entre el ensayo y la ficción, este libro inclasificable gira en torno a un cuadro titulado La Escuela de Platón, donde a semejanza de Cristo, se ve a Platon con doce discipulos. Fue pintado en 1898 por un simbolista belga no muy conocido, Jean Deville, fanatico del idealismo en la representación artistica y amigo de figuras a medio camino entre la nigromancia y el dandismo. Por medio de monologos de los jovenes oyentes de Platon, el autor explora los motivos de la filosofia y su desconcierto: la relacion entre la idea y la carne.