La llamada de la selva nos habla de Buck, un perro el cual estaba acostumbrado a vivir cómodamente pues no hacía nada pero todo cambiaría al ser vendido a los hombres del norte, luego de pasar por varias manos, llega a Canadá donde no creían que sobreviviría, pero lo hizo muy valientemente y con gran inteligencia. Aquí fue donde saco la bestia que llevaba por dentro, ya que si no lo hacía moriría inmediatamente, se volvió muy fuerte y ya su pelaje no era tan delicado como cuando estaba en el sur. Buck encontró la voz que estaba dentro de él pero sin cegarse por ella y así poder luchar contra su enemigo Spitz, el cual fue derrotado, luego que Buck vence a su adversario se da cuenta que se ha convertido en un animal primitivo.
Jack London (1876-1916), seudónimo de John Griffith Chaney, es uno de los grandes escritores estadounidenses de los albores del siglo XX. Su mundo se inspira en una interpretación muy subjetiva de la filosofía de Nietzsche y se construye a partir del principio de lucha por la supervivencia. Nacido en San Francisco, fue esencialmente un niño autodidacta que leía con avidez los fondos de la biblioteca pública. Con diecisiete años se embarcó en su primera goleta, rumbo a Japón. Tras varias experiencias como marinero y vagabundo -razón por la que también fue encarcelado-, London acudió a la Oakland High School y, posteriormente, a la Universidad de California, que tuvo que abandonar por problemas económicos. Como muchos, sufrió la fiebre del oro hasta que, finalmente, se dedicó a la escritura.