"Allí, en medio de la calzada ancha y bien iluminada por la luna, como si súbitamente hubiera brotado de la tierra o hubiera caído del cielo, me encontré la figura de una solitaria mujer ataviada de pies a cabeza con prendas de un blanco inmaculado." Tras su inquietante encuentro con la mujer de blanco, el joven profesor de dibujo Walter Hartright viaja a Cumberland para dar clases a dos hermanas, Laura y Marian. Pero los agradables días en Limmeridge House acaban con la llegada del prometido de Laura y con la sorprendente reaparición de la misteriosa mujer de blanco y su turbadora advertencia. En La mujer de blanco -un auténtico best seller desde su primera publicación-, el lector se ve arrastrado por un suspense continuo gracias a la destreza narrativa de Wilkie Collins y a los portentosos retratos de sus personajes. A través de una trama prodigiosa que se desarrolla paulatinamente mediante los relatos de sus principales testigos, los oscuros secretos se irán desvelando.
(Londres 1824-1889) Dramaturgo, novelista y prolífico autor de relatos. A los 17 años comienza a trabajar en una empresa de comercio de té mientras escribe Ioláni, o Tahití tal como era (Gótica nº 32), obra que no vio la luz hasta más de un siglo después de su muerte. Estudió Derecho y, aunque nunca llegó a ejercer, sí utilizó los conocimientos jurídicos en muchas de sus obras, y la crítica le considera uno de los padres del género policiaco. En 1851, conoce a Charles Dickens, al que le unirá una profunda amistad y publicará en su semanario All the Year Around sus principales obras. Tras la muerte de Dickens en 1870, su popularidad decae. Padeció de gota reumática la que le acabó provocando una adicción al opio. El epitafio de su tumba le destaca como el autor de la novela La dama de blanco.