Lo sobrenatural y lo fantástico son, en el siglo XIX, literatura, y se impone con fuerza extraordinaria durante el Romanticismo. Alexandre Dumas, maestro de la novela histórica, no dejó escapar la oportunidad de someter a su desbordante poder de fabulación las leyendas, cuentos, episodios y escenas, que sus anfitriones le fueron contando en sus viajes por Europa, el Próximo Oriente o África del Norte. El resultado de esa mezcla es esta recopilación de relatos que, bajo la denominación de Los mil y un fantasmas, se estructuran y cuentan al modo de Las mil y una noches: una partida de caza lleva al protagonista-el propio autor- a presenciar y firmar el atestado de un asesinato; el criminal está aterrorizado de miedo porque la cabeza de la muerta, una vez separada del cuerpo, le ha mordido. Más tarde, cada uno de los integrantes de la partida de caza, sentados alrededor de la mesa, contará un relato sobrecogedor, protagonizado por él mismo o vivido muy de cerca. Dumas se confiesa entonces escribano de las diversas historias que se relatan.
(1802-1870) fue una figura dominante en la escena literaria del siglo XIX francés. Autor de novelas inolvidables, como El conde de Montecristo, Los tres mosqueteros, Veinte años después, El tulipán negro, La reina Margot o La guerra de las mujeres, su literatura de corte novelesco continúa viva en nuestro tiempo. Sus novelas se reeditan sin cesar y sus historias son adaptadas una y otra vez por la industria cinematográfica.