La primera vez que leí Manual para mujeres de la limpieza sin parar más que para comer un fin de semana lluvioso hace dos años en el manuscrito que la editorial Farrar Straus & Giroux preparaba para la edición me emocioné por varios motivos. Porque me parecía increíble que esos cuentos dolorosos hermosos y llenos de humor negro hubieran pasado casi inadvertidos para sus contemporáneos (Berlin murió en 2004 el día de su cumpleaños) y porque en el mundo de la edición aún era posible hacer justicia y descubrir en esta era de hipercomunicación mediática y globalización un auténtico tesoro que estaba allí como la carta robada de Poe.Más de un año después la publicación americana e inglesa daba pie a portadas de suplementos literarios (con las bellísimas fotos de esa mujer que lo había sido todo enfermera mujer de la limpieza maestra alcohólica cuentista magistral y el libro se alzaba como uno de los mejores libros del año en todos los medios. Siguieron las subastas por los derechos y las grandes páginas de La Vanguardia y El País que se adelantaban al fenómeno en España y ponían a Berlin al mismo nivel de Carver y Bukowski.Me emociona ahora también descubriros este libro. Y os envidio envidio ese momento mágico podemos pasarnos años esperándolo en que empiezas a leer las primeras páginas y entiendes que estás ante un nuevo clásico.María FasceDirectora literaria de Alfaguara
(1936-2004) publicó sus primeros relatos a los veinticuatro años. Toda su literatura se inspira en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su glamurosa adolescencia en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo o los distintos puestos de trabajo que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos: enfermera, telefonista, limpiadora, profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel. Publicó seis libros de cuentos y ha sido galardonada en numerosas oportunidades.