¿Las cartas forman parte de su obra o es preferible destruirlas antes que dejar pistas para la posteridad de los secretos develados a sus destinatarios? En el caso de Andrés Caicedo (Cali, Colombia. 1951-1977) el asunto se multiplica puesto que, hasta el viernes 4 de marzo, el día de su suicidio, el escritor no dejaría de comunicarse, con un afán sin tregua, a través del refugio de la correspondencia. Las cartas, para Caicedo, se convirtieron en otra manera de practicar la urgencia de su literatura, tal como lo hizo a través del teatro, los guiones, la crítica de cine, los cuentos, la poesía y la novela. Para Caicedo, escribir cartas era una necesidad que se confundía en la disciplina extrema con la que abordó sus ficciones. Como en el caso de su admirado H. P. Lovecraft, Caicedo no solo dejó constancia de su paso por el mundo a través de extensas cartas, sino que sacó copias de todas ellas en papel carbón y las dejó en sus archivos debidamente organizadas para un futuro improbable. (ESTUCHE)
Customers reviews
Eduardo AriasSunday, July 18, 2021
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Muy buena recopilación de la correspondencia de Andrés Caicedo.
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Diego PardoSaturday, August 14, 2021
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El material y tiempo de entrega satisfizo para quien fue obsequiado. Sobra decir que el contenido hace del autor un personaje necesario de leer.