Reflexiones Contra la Religión (Largo Recorrido) - Mark Twain
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Reflexiones Contra la Religión (Largo Recorrido)
Mark Twain
Synopsis "Reflexiones Contra la Religión (Largo Recorrido)"
"Reflexiones contra la religión" es un breve texto de 1906, de los considerados malditos, que no fue publicado hasta 1963 más de cincuenta años después de la muerte de Mark Twain, ya que su hija Clara siempre se opuso a ello. Aquel año, ya vieja y enferma, aceptó que se publicara junto a otros textos inéditos de su padre. Es ésta una obra apasionada sobre la naturaleza y el carácter de Dios, la sinrazón y la pobreza inventiva de la Biblia. Mark Twain no duda en afirmar: los actos de Dios revelan su naturaleza injusta, avarienta, despiadada y vengativa; la creación del Infierno es su prodigioso crimen; detestaríamos y denunciaríamos a un padre terrenal que infligiera a su hijo la milésima parte de los dolores y miserias que Él dispensa a sus hijos cada día. Dios es fuente de toda misericordia, pero no hay un solo caso en la historia en que Él haya mostrado tal virtud.
Samuel Langhorne Clemens, más conocido como Mark Twain, ha pasado a la historia de la literatura gracias al ingenio, humor y picardía que destila su obra. A menudo considerado el Dickens estadounidense, Twain fue periodista, tipógrafo, escritor y, sobre todo, un aventurero incansable. Su sed de aventuras lo llevó en un largo periplo lleno de experiencias: fue aprendiz de piloto, buscó fortuna en las minas de plata, recorrió el mundo dando conferencias y fue nombrado doctor honoris causa por la universidad de Oxford. Todo ello lo inspiró para empezar a escribir pequeños cuadernos de viaje que publicaba en la prensa. Se calcula que llegó a escribir más de 500 obras, entre las que destacan _Las aventuras de Huckelberry Finn_ y _Las aventuras de Tom Sawyer_: dos novelas en las que Twain evoca una infancia inocente y feliz, en la que brillan la ilusión y la rebeldía que preceden a la edad adulta. Mark Twain nació durante una de las apariciones del cometa Halley, y predijo que “se marcharía con él”. Efectivamente, el autor nos dejó el 21 de abril de 1910, a la estela de una nueva visita del cometa.